Bicicleta

UN POCO DE HISTORIA DE LA BICICLETA

Son muchas las teorías que han intentado establecer con claridad el origen de la bicicleta. Existen dos líneas principales.

Por un lado, se cree que el padre de este invento fue el conde francés Mede de Sivrac en 1791, en plena Revolución francesa. Lo llamó Célérifère (Celerífero) y consistía en un chasis de madera maciza y forma de animal, con unas ruedas en línea y una pequeña sujeción para las manos.


Las ruedas eran fijas, había que impulsarse con los pies y no se podía cambiar de dirección, por lo que se utilizaba como un juguete para niños.

Por otro lado, existe la teoría de que el verdadero inventor de este aparato fue el barón alemán Karl Drais von Sauerbronn en 1817. Drais consiguió crear un manillar móvil, con lo que conseguía dirigirla hacia el lugar deseado. Pero esta draisina o máquina andante (nombre con el que se conocía) aún necesitaba ser impulsada con los pies en el suelo, por lo que no se consideraba un medio de trasporte eficaz.


El método para desplazarse consistía en impulsarse con los pies en el suelo alternativamente, simulando a una persona corriendo, pero con el peso del cuerpo apoyado en el sillín.

Los que apoyan esta teoría consideran al celerífero como una mera artimaña publicitaria de los franceses, al ver los adelantos que se estaban llevando a cabo en otros países por esa fecha. Defienden que Mede de Sivrac ni siquiera existió

En 1839 el herrero escocés Kirkpatrick Macmillan revolucionó el mundo de la bicicleta, consiguiendo cambiar el modelo de propulsión. Construyó un sistema por el cual el impulso se daba sobre unos pedales y llegaba a la rueda trasera por medio de unas barras de hierro. Sin embargo, el movimiento de los pedales no era rotatorio, sino lineal, por lo que no era demasiado cómoda a la hora de conducirla.


En 1861 los constructores de carruajes Pierre Michaux y su hijo Ernest. Inventaron lo que se conoce como el pedal moderno. Consiguieron cambiar el movimiento lineal, por movimiento circular. Los insertaron en la rueda delantera. Esto mejoraba notablemente la conducción.

Se creía que cuanto mayor era la rueda delantera, mayor sería la distancia recorrida. En este sentido estuvo trabajando James Starley. Este inventor inglés modificó el velocípedo de Michaux, haciendo unos radios de varillas de metal y agrandando la rueda delantera. En 1873 creó la Penny Farthing o Big Weeler. Un biciclo cuya rueda delantera tenía un diámetro entre 140 – 170 centímetros.


En 1880 la transmisión por cadena posibilitó un enorme salto cualitativo a la bicicleta. Hans Renold inventó la manera de traccionar la rueda trasera por medio de los pedales, teniendo como nexo una cadena metálica. A estas alturas teníamos un modelo de bicicleta manejable, práctico y seguro, pero aún tenía un fallo, los neumáticos estaban construidos por una llanta de metal forrada en caucho, por lo que el rozamiento era demasiado grande y la absorción de impactos, producidos por los baches, era nula.


En 1887 Jonh Boyd Dunlop inventó la solución a estos problemas que acarreaba la Rover, el neumático con cámara de aire. Este tipo de neumático permitía desplazarse de forma rápida y cómoda por las carreteras aún sin asfaltar de la época.


VIDEO HISTORIA DE LA BICICLETA

Países donde más se usan las bicicletas:

Es Europa el continente donde más se usan las bicicletas. Alemania, Países Bajos y Bélgica son solo algunos de los países del Viejo Continente donde se les da a este aparato sencillo pero sofisticado un gran valor. España también ha registrado niveles altos de preferencia y ciudades como Madrid dejan ver muchos ciclistas cada año.

Asia también ha ganado muchísimo con el uso de las bicicletas, siendo China e India los que más la disfrutan como medio de transporte.

El boom de las bicicletas se vio más que todo en la década de 1890. Pero reaparece para las décadas de 1950 y 1970. Y no ha sido hasta ahora que pareciera estar experimentándose un nuevo auge debido al alto precio de la gasolina y al afán de los ambientalistas en reducir el uso del motor por bicicletas para mejorar el medio ambiente.

Cómo se clasifican las bicicletas:

Sí, es cierto, a lo largo de los años, las bicicletas fueron adquiriendo características específicas para usos específicos. El motivo era satisfacer las necesidades de distintos tipos de público que le daban una utilidad diferente al vehículo dos ruedas.

- Bicicleta de montaña: También es conocida como Montain Bike o MTB. Han sido especialmente diseñadas para recorrer senderos montañosos, así que han sido provistas de ruedas anchas y de mejor agarre.

- Bicicletas de ruta "carretera": Han sido diseñadas para recorridos largos y a toda velocidad por carreteras pavimentadas. A diferencia de las bicis de montaña, las de ruta tienen ruedas más finas y más grandes. Disponen de manubrios de tipo drop-bar que ayudan al ciclista a adoptar una postura mucho más cómoda y aerodinámica.


- Bicicletas urbanas: Se trata de bicicletas concebidas para andar en la ciudad y soportar sus condiciones. Por eso son sumamente resistentes y sólidas. Sus ruedas y cuadros están elaborados de buen material para soportar baches o carreteras inestables. También incluye un guardabarro para proteger la bici de agua de lluvia o salpicaduras de barro.


- Bicicletas híbridas: Lo que más llama la atención es que combina elementos de las bicicletas de ruta con las bicicletas de montaña. Ideales para quienes están en las ciudades, pero que también disfrutan de recorridos por cualquier tipo de terreno.


- BMX: No son aptas para transporte pero sí para deportes. Se caracteriza por tener un cuadro pequeño y resistente, perfectos para llevar a cabo acrobacias y saltos. Las de ruedas anchas sirven para terrenos sueltos, pero las de ruedas finas sin especialmente usadas en pistas o rampas.


- Bicicletas eléctricas: También conocidas como bicicletas de pedaleo asistido. Utilizan un motor para ayudar al ciclista a subir pendientes empinadas o andar por lugares donde el viento sopla muy fuerte en contra. Son útiles para largos recorridos.

PARTES DE LA BICICLETA

(Cuadro, manillar, potencia, horquilla, sillín, tija, ruedas, frenos y transmisión) 

El cuadro:

El cuadro es el esqueleto de nuestra bicicleta; se compone de una serie de tubos, que, colocados de una manera y con una angulación concreta, nos aportan un comportamiento definido de nuestra bici.

Para poder hablar del cuadro, primero tenemos que saber cuáles son los tubos que lo componen:



El cuadro de la bicicleta lo componen básicamente dos triángulos:

• Uno delantero, conformado por el tubo superior, el inferior y el tubo del asiento.

• Y un segundo, formado por el tubo del asiento y las dos vainas, que conectan con la rueda trasera.

• Para finalizar tenemos el telescopio o tubo de dirección, que es donde va montado el manillar y la horquilla (no forman parte del cuadro), que soportan la rueda delantera.

Sin embargo, resulta importante destacar una de las diferencias más básicas:

• Cuadro tradicional: El cual presenta un tubo superior paralelo al suelo, únicamente las bicicletas de carretera mantienen esta geometría.

• Cuadro sloping: El los años 90 apareció el cuadro sloping, de la mano de la marca Giant, "Slop" significa caída y si lo aplicamos a la geometría del cuadro, consiste en una caída del tubo superior.


El manillar:

Es la parte a la que nos agarramos, nos permite dirigir nuestra marcha. Está compuesto por los puños, que son la parte acolchada en la que colocamos las manos y las manetas de los frenos y de los cambios, que nos permitirán frenar o cambiar de marcha, respectivamente. Están hechos de aluminio o carbono. Pueden tener formas muy diferentes; manillar completamente recto, más utilizado en modelos de competición y manillar con curvatura hacia arriba, que permiten una posición más cómoda del ciclista.


La potencia:

Es parte encargada de conectar el manillar con la horquilla. Está compuesta de aluminio o carbono y tiene distintas longitudes y angulaciones, dependiendo de las prestaciones que buscamos. Una potencia más larga nos dará aerodinámica y agarre en las subidas, pero por el contrario aportará menos control. En cuanto a las angulaciones, una angulación positiva (inclinada hacia arriba) hará que nuestra posición sea más relajada, mientras que una angulación negativa (inclinada hacia abajo) nos proporcionará más aerodinámica.


La horquilla:

Es la parte que envuelve la rueda. Tiene forma de arco y está enganchada a la rueda en ambos lados, por medio del  buje. En las bicicletas de montaña, la horquilla suele estar montada con una amortiguación que permite la absorción de las vibraciones producidas por las irregularidades del terreno. Existen cuatro tipos de horquillas:


• Rígida: Son las más ligeras, pero no tienen amortiguación, son utilizas en bicicletas de carretera, gravel/ciclocross y fatbike.

• Suspensión de muelle: Son más pesadas y con mayor tensión, no se ajustan demasiado bien a nuestro peso. Son usadas en bicicletas de gama baja y en modalidades tipo dirt jump o descenso.

• Con suspensión de aire: Son horquillas muy configurables a nuestro peso, ligeras y con un rendimiento óptimo. Son utilizadas en gamas medio-altas y en modalidades tipo cross country en las que se busca una buena relación prestación-peso.

• Monobrazo/lefty: Supone la pérdida de uno de los “brazos” de la horquilla, por lo tanto, adquiere una forma asimétrica. Entre sus ventajas se destaca la reducción de la “fricción” de la amortiguación, así como la reducción del peso total de la bicicleta.



La dirección es lo que nos va a permitir cambiar la orientación de nuestra marcha. Compuesta por varios elementos: manillar, potencia y horquilla.

El sillín:

El sillín de la bicicleta es el punto donde recae buena parte del peso del ciclista, por lo que debe ser lo más adecuado posible a las características del mismo.

Para entender el tipo de sillín que se adapta mejor a nosotros, debemos tener en cuenta las tuberosidades isquiáticas (zona de contacto) y dependiendo de su separación, vamos a necesitar un sillín de una medida o de otra.

Tija:

La tija es la barra que une el sillín con el cuadro de la bicicleta y sirve para regular la altura del mismo. Por norma general, las tijas son un elemento fijo. No se mueven una vez ajustado el sillín a nuestra posición.

Una tija telescópica nos permite cambiar la posición del sillín con un simple gesto. Puedes pasar de una posición más eficiente para el pedaleo a una más segura para enfrentar mejor a las zonas técnicas. Esto nos ayuda a bajar o retrasar el centro de gravedad con facilidad.

Con la tija telescópica lo que vamos a conseguir es regular la longitud del recorrido gracias a la incorporación de un sistema de movimiento. Por lo tanto, podremos jugar con la altura del sillín en marcha y decidir en qué posición lo queremos llevar en función del tipo de terreno por el que rodemos. El sistema recupera la posición original en cuestión de décimas de segundo. Y todo, a través de una palanca generalmente situada en el manillar.

En este sentido, si bajamos el sillín, bajaremos el centro de gravedad de nuestro cuerpo sobre la bicicleta, algo que nos será de gran utilidad en las bajadas más técnicas y pronunciadas.

Las ruedas:

Dependiendo del modelo de bicicleta y del uso que vayamos a darle, nos beneficiará un tipo de rueda u otro. Centrándonos en los modelos de BTT:

• 26”: Es el diámetro que se lleva años utilizando. Entre sus ventajas podemos destacar su facilidad de maniobra en sendas estrechas, pero van a funcionar peor en el paso de obstáculos.

• 27´5”: Son más eficaces que las 26” en el paso de obstáculos, aunque pierden algo de dinamismo y maniobrabilidad en terrenos estrechos.

• 29”: Superan a las dos medidas anteriores en el paso de obstáculos y tienen una mayor tracción. Como punto negativo podemos decir que pierden maniobrabilidad en terrenos estrechos y pesan más que las otras.

• +: Las versiones “plus” de los diferentes diámetros de ruedas implican un aumento del ancho de la rueda (2,8 – 3”), generando por lo tanto una mayor superficie de contacto y agarre/tracción con el suelo, actualmente son generalmente utilizadas en las E-bikes (bicicletas eléctricas).



Los frenos:

Los principales tipos de frenos utilizados en la actualidad utilizan los siguientes mecanismos:

• V-brake: Freno que se acciona a través de la tensión mecánica producida por la maneta de freno que, moverá unas “zapatas” instaladas en el cuadro que generarán rozamiento directamente sobre la llanta de la rueda.

• Mecánico: Freno que, siendo también de acción mecánica, movilizan unas pastillas de freno que ejercen el rozamiento sobre unos discos de freno instalados en el eje/buje de la rueda.

• Hidráulico: Utiliza la presión hidráulica del líquido para generar el rozamiento sobre los discos de freno, es un sistema similar al “mecánico”, pero el sistema hidráulico confiere un tacto más suave y una frenada más progresiva.



Sistema de propulsión o transmisión:

El sistema de propulsión consiste en todos aquellos elementos que transmiten la energía de nuestros músculos hasta la rueda trasera de la bicicleta y, por lo tanto, nos permiten desplazarnos.

Este sistema de transmisión está formado por los siguientes elementos: pedales, pedalier (formado por las bielas, los platos y el eje de pedalier), cadena y sistema de piñones o rueda libre.

• Los pedales: Suponen el punto de apoyo de nuestros pies y son los primeros elementos en transmitir el empuje de nuestras piernas.

• El pedalier: Consta de las bielas, los platos y el eje de pedalier. La biela derecha lleva acoplada los platos, que por medio de la cadena consigue transmitir el impulso desde el centro de la bicicleta a la parte trasera.

• El eje de pedalier: Ha evolucionado mucho, años atrás constaba de un sistema de tornillos con rodamientos a bolas y todas las partes podían desmontarse individualmente. En la actualidad, este eje se presenta en un “cartucho” con todos los elementos ensamblados.

• La cadena: Es el elemento que consigue conectar los platos con los piñones. Está compuesta por una serie de eslabones.

• Los piñones: También llamados rueda libre. Los piñones son unas ruedas dentadas que se montan sobre un eje. Este conjunto recibe el nombre de cassette. Conectan la cadena con la rueda trasera y nos permiten aplicar fuerza en el sentido de la marcha y quedar libre cuando dejamos de pedalear. Es decir, que no tenemos que seguir pedaleando para que la rueda continúe en movimiento. En la actualidad suelen montarse en MTB de 8 a 12 piñones.


ADECUACIÓN DE MEDIDAS AL USUARIO

ELECCIÓN DE BICICLETA Y TALLA DEL CUADRO:

Para elegir una correcta medida del cuadro, debemos medir la longitud de la entrepierna (EP). Una vez definida, podemos calcular la talla del cuadro de 2 formas: 

    - En centímetros: EP (cm) x 0,65 = talla del cuadro en centímetros. 

    - En pulgadas: EP (cm) x 0,21 = talla del cuadro en pulgadas. 

Si el resultado se encuentra entre dos tallas, la persona probará las dos tallas, quedándose con la que más a gusto se encuentre. 

¿Cómo medimos la longitud de la entrepierna? 

Utilizaremos un objeto que tenga un borde plano (por ejemplo un libro). La persona a la que vayamos a tomar la medida se colocará en posición anatómica, en una superficie plana y llana. Situaremos el objeto entre sus piernas, en contacto con la zona isquiática. Una vez que esté correctamente colocado y a nivel, medimos en perpendicular al suelo hasta la parte superior del objeto, obteniendo la longitud de la entrepierna. 

En el siguiente cuadro se ofrece una relación de las diferentes formas en las que podemos medir la talla de la bicicleta.

Una vez determinada la talla, lo siguiente que debemos hacer es adecuar los diferentes elementos móviles para que el sujeto vaya lo más cómodo posible en la bicicleta, y de esta forma evitar posibles lesiones y sobrecargas. 

Altura del sillín.

Para calcular la altura del sillín, se puede hacer de 2 formas: 

- Si no conocemos la EP, colocaremos los talones sobre los pedales, de forma que cuando estemos sentados la pierna quede estirada, completamente recta, pero no tensa (esto se consigue abajo, un poco adelantado). Esto hará que cuando el ciclista apoye el metatarso, la pierna quede flexionada. 

- Si tienes que bajar la cadera para llegar a la extensión de rodilla o pierdes el contacto con el pedal, tienes que bajar el sillín. Para ello, la persona ayudante coloca un dedo en el trocánter y debe controlar que no baje. 

- Si no llegas a la extensión completa, hay que subir el sillín. 

- Si tienes molestias en la parte anterior, la altura del sillín es baja. 

- Si tienes molestias en la parte posterior, el poplíteo, puede que el sillín esté demasiado alto. 

- Si usas un sillín blando, ten en cuenta que se va a hundir, y que esto debe aplicarlo cuando establezcas la medida. 

- Si conocemos la EP, multiplicaremos la medida por 0,885. El resultado será la distancia que debe haber desde el centro del eje del pedalier hasta la parte superior del sillín.

Regulación antero-posterior. 

Para regular el sillín hacia delante o hacia atrás, precisamos de una plomada. Debemos colocar los pedales paralelos al suelo, y en el que quede más adelantado debemos realizar la regulación. La rótula debe situarse justo encima del eje del pedal. Para calcular esto, colocamos la cuerda en la rodilla y la dejamos caer. En función de la situación de la misma, sabremos si tenemos que echar el sillín hacia delante o hacia atrás. 

Inclinación de los mandos o manetas. 

Por último, debemos procurar que la posición del ciclista en la bicicleta sea cómoda y natural. Para regular las manetas nos subimos en la bicicleta y debemos extender los brazos y los dedos con las muñecas rígidas. Los codos, la muñeca y la punta de los dedos deben quedar alineados. Siempre buscamos una posición natural y cómoda.

USO DEL DESARROLLO Y TÉCNICA EN SUBIDAS Y BAJADAS

El uso de una bicicleta implica el conocimiento de la relación de marchas que estamos usando en cada momento, también denominado desarrollo. 

Este concepto hace referencia a la “dureza” del pedaleo. La finalidad de que existan diferentes desarrollos, es conseguir que el ciclista mantenga una cadencia adecuada en todo momento. Cuando hablamos de cadencia, hacemos referencia al número de pedaleos por minuto. 

El funcionamiento de la bicicleta consiste en una serie de poleas que se encargan de transformar el movimiento de las piernas, en movimiento de la rueda. En función de los platos y piñones que usemos, y del número de dientes que tenga cada corona, tendremos un mayor o menor desarrollo. 

Conocer el desarrollo permitirá que escojamos siempre la bicicleta adecuada en función de nuestras necesidades. Además, una vez estemos en la ruta, saber qué desarrollos usar en cada momento será fundamental para conseguir el mayor rendimiento posible.

Para entender el desarrollo, hay que tener en cuenta que las bicicletas tienen platos (1, 2 o 3), y piñones (pueden llegar a tener hasta 12). Las velocidades que tiene una bicicleta se calculan multiplicando el número de platos por el número de piñones. 

Cabe destacar que cada modalidad deportiva tiene diferentes desarrollos. En BTT, se está optando en la mayoría de los casos por un único plato (monoplato), combinado con 11-12 piñones. El plato suele tener entre 32-36 dientes, mientras que las coronas de los piñones van de los 50-52 las mayores, hasta los 10-11 dientes de las menores. 

¿Cómo usar el desarrollo de forma correcta?

Siempre debemos intentar mantener una cadencia de 70-90 pedaladas por minuto. 

Un aspecto importante es evitar la cadena cruzada. Este suceso sólo ocurre cuando tenemos bicicletas que tienen más de un plato, y se da cuando utilizamos un piñón pequeño (por ejemplo el 7), y lo combinamos también con un plato pequeño (el 1). En este caso, la cadena se cruza, y puede ser perjudicial para el cassette, y para la propia cadena, aumentando el desgaste. 

Siempre debemos tener en cuenta por dónde circulamos, y si nos vamos a enfrentar a una subida, usaremos siempre los platos y piñones con menor número (los más cercanos al 1), para que sea más fácil mantener la cadencia, mientras que si se presenta una bajada, utilizaremos los platos y piñones con número mayor. 

Técnica de subida.

A la hora de subir, hay diferentes aspectos a tener en cuenta:

- Hay que aprovechar la inercia que llevamos si venimos de una bajada o un llano. 

- Como hemos explicado anteriormente, tenemos que buscar un desarrollo adecuado, que fomente un pedaleo ágil. 

- Es importante realizar el cambio de marchas antes de subir, para evitar problemas al cambiar, saltos de cadena y que esta se salga. 

- El desarrollo debe permitir que la mayor parte del tiempo estemos sentados durante la subida. 

- Si la subida es muy pronunciada, nos situamos en la punta del sillín, evitando levantarnos para que la rueda trasera no pierda tracción. 

Técnica de bajada. 

Al igual que al subir, a la hora de bajar hay que tener en cuenta una serie de factores importantes: 

- Si sabemos que es una bajada muy pronunciada, podemos bajar manualmente el sillín (esto facilitará el descenso, minimizando el riesgo de caída, ya que baja el centro de gravedad). 

- Debemos evitar que el cuerpo esté muy hacia adelante en la bicicleta (podemos salir por encima del manillar). 

- Además, es importante utilizar los frenos: 

    - Siempre tenemos que anticiparnos a lo que venga, nuestros dedos están preparados en las manetas de freno. 

    - Durante la frenada, el cuerpo se echa hacia atrás en la bicicleta (estamos de pie sobre los pedales, con las piernas semiflexionadas). 

    - El reparto del uso del freno es 70% delantero/30% trasero.


¿CÓMO AJUSTAR LA ALTURA DEL SILLÍN DE LA BICICLETA?

Los consejos que damos a continuación son orientativos son un buen camino a seguir por todas aquellas personas que no tienen idea de cómo calcular la altura.

Colocar la tija un poco más arriba o más abajo puede ser mucho más importante de lo que a priori parece, y es que si quieres prevenir problemas de espalda, dolor en las cervicales o sobrecargas musculares debes prestar especial atención a la colocación del sillín. Unos centímetros pueden ser la diferencia a largo plazo entre sufrir o no una lesión y sobre todo entre sacar más o menos rendimiento en cada una de tus pedaladas. La eficiencia de pedaleo empieza con la correcta colocación del sillín, principal punto de apoyo del ciclista encima de la bicicleta.



Lo primero que debes hacer es medirte en centímetros la entrepierna con el calzado específico de bicicleta. El dato que obtengas debes guardarlo con mimo puesto que de él saldrá la altura definitiva.

¿Cómo medir la entrepierna?

Para medir la entrepierna es suficiente con colocarte totalmente erguido y con las piernas cerradas frente a una pared y medir la distancia que existe entre el suelo y tu entrepierna justo en el punto donde apoyarías el sillín de tu bicicleta. Si tienes dificultades para tomar la referencia, puedes utilizar un libro colocado justo por debajo de tus partes intimas.

Una vez tengas los centímetros de tu entrepierna multiplicarás el valor por un coeficiente corrector de 0,885 y el resultado obtenido será la altura a la que deberás colocar el sillín.

A modo de ejemplo si tu entrepierna presenta una medición de 80 cm y lo multiplicas por el coeficiente de 0,885 obtendrás un resultado y por lo tanto una altura aproximada de tu sillín de 70,8 cm.

Para medir la altura a la que esté colocado el sillín debemos calcular la distancia desde el centro del eje del sillín hasta el centro del eje de pedalier. Es muy importante tener claro los puntos de medición para hacerlo bien.

Retroceso e inclinación del sillín:

Para una correcta colocación del sillín de la bici no solo es importante calcular bien su altura. También es fundamental colocar bien el sillín tanto en su inclinación como en su avance. Dos aspectos fundamentales tanto para garantizar la comodidad del ciclista como para asegurar una actividad física saludable sin riesgo de lesión.

Para calcular el retroceso del sillín sobre el eje de pedalier (lo que vendría a ser tirar el sillín más adelante o más atrás) es suficiente con tirar una plomada con las bielas totalmente paralelas al suelo e intentar que la línea que sale de nuestra rodilla cruce el centro del pedal de la forma más ajustada posible. De esta manera y de forma bastante general pero práctica encontraremos un buen punto en el que fijar nuestro sillín. Evidentemente previamente a esto deberemos calcular la altura del sillín, nunca hacer el procedimiento al revés.

Una vez tengamos calculada la altura ideal estaremos en condiciones de determinar el retroceso y/o avance.

En referencia a la inclinación debemos decir que como norma general este debe permanecer totalmente perpendicular al suelo y que aunque el sillín se puede inclinar en función de determinadas necesidades personales la norma general se debería mantener en la medida de lo posible.



Distancia entre sillín y manillar de la bicicleta:

Para calcular la distancia entre el sillín y el manillar es suficiente con medir el espacio que existe entre la punta del sillín y el eje o centro del manillar. Una distancia que vendrá condicionada por la altura a la que hayamos colocado el sillín.

Como norma general y a modo orientativo podemos decir que la distancia se debe situar entre los 50 y 60 centímetros de modo que si la decides colocar en 55cm es muy probable que aunque no sea tu posición ideal, no estés cometiendo ninguna barbaridad con tu posición.



Si no escogemos bien la distancia entre sillín y manillar es muy probablemente que nos encontremos a la larga con importantes molestias físicas.

Si existe demasiada distancia entre el manillar y el sillín seguramente empecemos a sufrir problemas de espalda y de sobrecarga en la zona lumbar, mientras que si la distancia entre manillar y sillín es demasiado pequeña estaremos perdiendo eficiencia de pedaleo y casi seguro que la potencia máxima se verá seriamente mermada.

La solución más cómoda para corregir este problema puede ser la de hacer un cambio de potencia. Y escoger una más corta o una más larga en función de tus necesidades. Simplemente cambiando la potencia de tu bicicleta puedes modificar esos decisivos centímetros que te ofrecerán mayor comodidad en tus pedaladas

Recordar que los consejos y prácticas que se comentan son orientativos y que para conocer con total certeza las medidas que mejor se adaptan a tu cuerpo deberías visitar un biomecánico que como especialista del sector te pueda ofrecer un diagnóstico más acotado a tus medidas.



MANTENIMIENTO BÁSICO DE LA BICICLETA: LIMPIEZA Y ENGRASE

Es importante mantener nuestra bicicleta en perfectas condiciones. Para ello, una de las acciones más importantes que debemos hacer entre rutas es el mantenimiento básico, que consiste en la limpieza y engrase de los diferentes elementos de la bicicleta. 

En ocasiones, el polvo, el barro y la suciedad impiden que nuestra bicicleta funcione de forma adecuada. Antes de engrasar, debemos limpiar la bicicleta. Para ello necesitas:

        - Manguera: lo aconsejable es evitar el agua a presión, y si utilizamos pistola de agua a presión, debemos hacerlo de forma alejada, y evitando la zona donde hay rodamientos y ranuras, ya que si el agua cala, puede oxidar los elementos internos o eliminar la grasa, y provocar un funcionamiento incorrecto. 

        - Esponjas y jabón: se utilizarán para limpiar las partes con menos complicaciones de la bicicleta (cuadro, llantas, horquilla). 

        - Desengrasante: se utiliza para limpiar la zona de la transmisión, ya que en estas zonas, debido a la textura de la grasa, la suciedad se adhiere mucho más. 

        - Cepillos de limpieza: nos permiten llegar a zonas más complicadas de la bicicleta; son el elemento más importante para eliminar aquella suciedad que se acumula en las zonas de desgaste (cassette, cadena, suspensión, frenos). 

A la hora de realizar la limpieza, debemos prestar especial atención en: 

        - Transmisión: es importante realizar un desengrase, que facilite la posterior limpieza utilizando los cepillos. Aplicamos desengrasante en cadena, cassette y desviadores. 

        - Frenos: hay que eliminar los restos de tierra o polvo, ya que disminuyen la eficacia de la frenada. En este caso, con agua y jabón eliminaremos esta suciedad. 

        - Suspensión: mantener la horquilla limpia, sobre todo la zona de los retenes (donde se inserta una barra en la otra), evitará problemas mecánicos graves, y asegurará el correcto funcionamiento de este elemento. 

Es importante no utilizar el mismo trapo/cepillo para limpiar el sistema de transmisión y el de frenado, ya que cualquier resto de grasa que se quede en los frenos, hace que pierdan eficacia, incluso que dejen de funcionar. 

Una vez la bicicleta está limpia y seca (importante este paso, debemos secar concienzudamente la zona de la transmisión), pasamos al engrase; en este caso lo único que tenemos que engrasar es la cadena. Para ello, utilizaremos diferentes tipos de aceite en función de las necesidades de nuestras rutas:

        - Aceite para húmedo: diseñado para invierno, mantiene la cadena engrasada a pesar de las condiciones de humedad y barro. 

        - Aceite para seco: se utiliza principalmente en verano, cuando abunda el polvo. Es un aceite que suele contener cera, que se seca al aplicarlo, evitando que el polvo se pegue. 

Por último, una vez realizada la limpieza y el mantenimiento, debemos revisar la presión de los neumáticos. Hay que tener en cuenta una serie de factores a la hora de llenar nuestras ruedas: 

        - No hay una presión que sirva para todas las personas y terrenos. 

        - Presión alta: menos adherencia y tracción, menor control de la frenada. Por otro lado, menor rozamiento, favoreciendo la velocidad. 

        - Presión baja: más rozamiento, ideal en zonas técnicas. 

        - A mayor peso del ciclista, mayor presión (no es una norma). 

En todo caso, seguir las recomendaciones del fabricante y las sensaciones propias, es un aspecto bastante subjetivo. 

En resumen, el mantenimiento básico de la bicicleta consiste en: 

        1. Aplicar agua en toda la bicicleta. 

        2. Aplicar desengrasante en la zona de la transmisión y dejar actuar. 

        3. Limpiar con agua jabonosa frenos, horquilla y cuadro, utilizando un trapo/cepillo diferente al que usaremos en la transmisión. 

        4. Limpiar la zona de la transmisión con cepillos y trapos, limpiando bien la cadena, el cassette, los desviadores. 

        5. Aclarar con agua y eliminar los restos de productos de limpieza. 

        6. Secar la cadena y la transmisión (para evitar el óxido). 

        7. Engrasar la cadena y cambiar la transmisión para que todos los elementos queden engrasados. 

        8. Revisar la presión de los neumáticos.








No hay comentarios:

Publicar un comentario

CONDICIÓN FÍSICA: CUALIDADES FÍSICAS BÁSICAS

Condición Física:  Estado de forma en la que se encuentra una persona. Se refleja en las siguientes cualidades físicas básicas:  ...